miércoles, 7 de diciembre de 2011

Año 2011



Vivimos en un inmenso y desconocido océano, y somos parte de él;
nosotros somos el agua de la que el océano se compone. Nosotros, y todo lo demás.

Todo lo que existe es océano, y ninguna gota existe de por sí como algo separado del resto del océano.

Ese océano siempre está en movimiento, y de ese movimiento surgen olas, ondas con las que el océano toma formas diferentes a cada instante.

De esta forma es como el océano parece separarse en partes, en gotas, en espuma, en formas-imágenes que cambian a cada momento.

Estas olas nunca tienen una forma estable y definida; nunca nada será ya como en la fotografía que tomamos con nuestros sentidos a cada momento.

Nunca será como ahora es. Todo está cambiando continua y eternamente.

Como nunca volverá a existir la ola de la fotografía.

Sin embargo, los humanos vivimos como si sólo tuviésemos una determinada forma (de ser, de pensar, de sentir, o una determinada forma física...); vivimos como si fuésemos una ola separada del vasto océano que nos alimenta ;creemos ser algo único, individual, separado del resto, y que se mantiene estable en el tiempo de una manera definida.
Y creemos también que, cuando perdemos la forma -cuando la ola se rompe- , desapareceremos para siempre.

Cuando no es, ni una cosa ni la otra.

De ahí los líos que nos montamos.

XD

Esto es para mi la vida.

Es una ola.

Una ola que no existe como algo separado y diferenciado del océano. Una ola en el medio del océano que no podría existir por sí misma independiente del océano que la sostiene; la ola que nosotros vemos no es algo que exista de por sí, separado de todo lo demás, sino que se trata del movimiento continuo del océano creando diferentes formas a cada momento.

Un movimiento en un océano en perpetuo movimiento.
Ola tras ola, gota tras gota. Arriba y abajo.
Esa forma, esa ola, esa gota... aparecen ante nuestros sentidos como algo diferenciado del Todo y se trans-forman... para volver al océano al que siempre pertenecieron...y del que nunca se fueron
.
Y a ese movimiento, a ese cambio aparente de las formas ante nuestros sentidos, le llamamos tiempo.

Lo real, lo que es, no tiene forma. Ni nombre ni palabra. Ni antes, ni ahora ni después.

Es simplemente, el océano en eterno movimiento. Y nosotros somos parte de ese océano. Todos nosotros.

Así que dejaos de tonterías y vámonos a hacer surf como el tipo este.

XD

Están aquí!!!